lunes, 16 de julio de 2012

Hoy quiero regalarte un ataque de pánico.


Hace 10 años me dio uno de mis primeros ATAQUES DE PÁNICO.

Para quienes creen que eso es igual a un ataque de histeria o de miedo descontrolado. No lo es. Un ataque de pánico es una experiencia donde tu mente, muchas veces sin razón inmediata, le manda falsas señales a tu cuerpo, diciéndole que se prepare para lo peor. El ataque de pánico es el clímax de los ataques de ansiedad.

Tus manos se ponen heladas, tenés mareos inexplicables, tu respiración se vuelve irregular hasta el punto de hiperventilar, tenés la fuerte noción de que te vas a morir, que te vas a desmayar, que algo malo te va a pasar, o simplemente, sentís una extraña vibra de desprotección.

No es igual a un episodio de depresión, aunque la depresión pueda llevarte a un ataque de ansiedad. No es igual a tener miedo real. Una persona con una pistola apuntada a su cabeza, difícilmente tendrá un ataque de pánico, pues su cerebro estará demasiado enfocado en el peligro REAL, como para ponerle atención a peligros posibles o imaginarios.

Y es que de ahí se deriva todo. De la posibilidad. Todos los que hemos estado en situaciones difíciles, complicadas, dolorosas o de angustia, las enfrentamos de manera diferente. Pero lo que hace que una persona llegue a una crisis de pánico, es cuando la idea gobernante... es la de no poder salir de esa situación.

Por eso es normal que le suceda a alguien en un elevador atascado, en un avión (no por el miedo de estrellarse, sino por la claustrofobia), en una aglutinación de personas donde es difícil cruzar, caminar e inclusive respirar bien.

Hasta hace unos años, pensé que yo era una de las 3.5 personas en el mundo que tenía ataques de pánico en circunstancias normales. Pasé mucho tiempo sin saber de personas como yo, que han rechazado giras a la playa, entradas a conciertos o viajes largos, lejos de casa, a causa del miedo a tener crisis de ansiedad. Pensé que éramos una raza oculta debajo de la pirámide de los psicópatas.

Pero me he dado cuenta cada vez más de personas que han tenido la misma experiencia que yo. Sin duda, muchos de ustedes, blogueros, tuiteros, bohemios empedernidos, hippies, adictos al trabajo, madridistas, han de saber lo que es estar en una situación de pánico. Donde te cuesta respirar, creés que te vas a morir, cuando en realidad no existe nada malo en tu organismo.

La ansiedad te gobierna por su forma de dominar tu sentido de seguridad y protección. No quiere decir que seas un cobarde. Quiere decir que tu mente generalmente prioriza los riesgos por encima de los beneficios.

Por ejemplo, cuando estoy en el estadio, un porcentaje de mi atención está enfocada en el juego, la otra hacia la multitud, la posibilidad de que se arme un caos, que el edificio se caiga y sobretodo, que no tenga una salida fácil. Y ahí está el problema.
El detonador suele ser la idea de no poder salir de una situación o lugar determinado.

Lo peor es que si antes podías ir al cine tranquilamente, pero de pronto tuviste un repentino ataque de pánico ahí, entonces la próxima vez que vayás al cine, tendrás el miedo de que te vuelva a dar. Y ES ESE MIEDO el que podría provocarte otro ataque.

Antes de que te des cuenta, rechazarás invitaciones al cine.

Aunque sea un peliculón!!!

En mi caso, todo tiene que ver con la posibilidad de poder salir o no. A mí pueden encerrarme en una cabina telefónica y decirme que tengo la libertad de salir cuando yo quiera... y aguantaré un buen rato. Es cuestión de que me digan que no puedo salir y mi cuerpo no aguanta un segundo más ahí adentro. Pongo un ejemplo radical, pero esa misma sensación de angustia, de encierro y de ansiedad, se traslada a veces a nuestra vida cotidiana. Al viaje en bus. A la situación de depresión o duelo.



Quienes no entienden de la ansiedad te dirán: "Pero tranquilizate", "Dejá de pensar en esas cosas".

Quienes hayan padecido de desorden de pánico, de ansiedad, agorafobia, quienes sean algo Obsesivo-Compulsivos, o simplemente paranoicos... sepan que cada persona en este mundo tiene problemas psicológicos... uno de los nuestros, es este.

Busquen terapia. Es absolutamente lo mejor que puede hacer al respecto. Existen ejercicios de respiración y relajación (muchos de ellos los descubrís con el yoga), para ayudarte a equilibrarte bien y evitar la hiperventilación. Existen también ejercicios de concentración, donde tu mente se enfoca en cosas pequeñas, como la sensación de tocar tus dedos de los pies con el suelo, tus manos frotándose, que te alejan de pensamientos más destructivos.

Está también terapia del "Happy Place", donde uno encuentra el punto positivo de cada situación:

"Ese viaje en avión es para conocer un nuevo lugar."
"Este viaje en bus es para el trabajo, pero sé que todo saldrá bien."
"Este montón de gente está aquí porque el concierto estará excelente y me sentiré feliz de haber venido."

Uno puede nunca dejar de tener ansiedad, pero puede aprender a controlarla y a tener una vida funcional sin que la ansiedad o el temor al pánico te impida hacer las cosas que te gustan. No dejás de sentir ansiedad, pero al menos, podemos lograr que no nos provoque AUTOSABOTEARNOS.

Y algo que he descubierto que es generalizado en todas las personas ansiosas y depresivas también: Suelen ser mucho más comprensivas con respecto a los problemas ajenos. Saben lo que es tener algún tipo de angustia difícil de comprender para los demás. No digo que son las personas más comprensivas del mundo, uno suele ser muy impaciente y no siempre estamos con el mejor de los humores. Pero uno suele tener facilidad para sentirse identificado con cualquier persona que esté pasando por un momento difícil.

El autor de este blog, una vez ganó 100 córdobas pelando mangos en el colegio. Esto no tiene nada que ver con el tema, pero es una razón de orgullo para él. 
 @Zambranitis

2 comentarios:

  1. uuuf!!! yo soy una loca paranoica, NO ESTOY SOLA!!

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    1. No estás sola, ni sos una loca paranoica. Sos una loca normal... :)

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