jueves, 16 de mayo de 2013

Voyeur extraterrestre...



Hace unos días, unos amigos y yo encontramos a dos extraterrestres fornicando cerca de la laguna de Tiscapa. El pensamiento inicial no fue de sorpresa por haber tenido finalmente un encuentro cercano con una raza alienigena. Tampoco tuvimos la enorme urgencia de tomarles fotos para publicarlas en Hi5 (esa es, no?). Más bien, lo primero que pasó por la mente de todos fue que ellos notaron nuestra presencia y siguieron en su despelote. Como si nada.

Verán, los seres de otro planeta tienen una manera muy diferente de ejercitar los músculos del amor. No poseen genitales, por lo que tienen que utilizar todo el cuerpo (a diferencia de algunas personas muy perezosas que solo les gusta estar abajo) y rozar de arriba para abajo. Al parecer ninguno es masculino ni femenino, sus rasgos faciales son parecidos, todo su fucking cuerpo tiene la sensibilidad de un grandísimo glande/clitoris. Si, a mí también me dio envidia y muchas ganas de llamarles Carepichas.

Luego, según los sonidos, parecía que estaban ahorcando a un gato con la cuerda de un violín desafinado... pero pudimos entender que estaban acercándose al clímax. Y no se me olvidará la palabra que dijeron ambos en sus voces agudas: "TORETORARO" (con la fuerza de voz en la A). Sonaba como una especie de idioma japonés para pandilleros.

Busqué en Google, busqué en Yahoo, busqué en la página oficial de la Asamblea Nacional y no encontré absolutamente ningún registro de la palabra. Hasta que uno de mis amigos, el que había fumado más, en medio de una risa nerviosa dijo: "Mae, a los aliens les gusta hablar sucio cuando están pepenando". Y en efecto, pueden imaginar a dos pequeños monstruos, con cuerpo de simio depilado y ambos con la puta cara de Carles Puyol, repitiendo esa palabra una y otra vez mientras estaban agitándose mutuamente. "Toretoraro, toretoraro, toretoraro". No debimos acercarnos, pero lo hicimos. Se veía tan bonito que hasta nos dieron ganas de involucrarnos en la acción. Después de todo, la psicología nunca mencionó nada de "Marcianofilia" como una parafilia o algún trastorno sexual.

Al llegar al orgasmo, uno de ellos se separó de su pareja y nos abrazó a todos. Fue un abrazo mágico, muy tierno y significativo. Sentí la energía cruzar mi cuerpo y hasta llegué al mismo orgasmo. El sexo que nunca tuve (y los pantalones que no volví a ponerme). Luego se fueron sin despedirse y desaparecieron cerca del busto de José Martí. Y entendí la realidad de las cosas. Mi razón de estar ahí. La parte más significativa de la noche. Ambos alienigenas eran ladrones disfrazados y se nos habían robado todo.

He aquí la instantánea que logramos tomar y enviar justo antes de que nos robaran los celulares.

Estos imbéciles creían que éramos Donny Varper.
 
El autor de este blog les aclara que esto está basado en una historia real. Lo único inventado fueron los personajes, la trama, los eventos y el lugar.



@Zambranitis