sábado, 13 de julio de 2013

Mi amiga, la ninfómana... :D


Tenía una amiga que era medio adicta a robarle los novios a sus amigas. Bueno, no se los robaba, les coqueteaba y ellos en su santidad angelical, perdían noción del hecho que tienen novia, hacían el ritual de apareamiento y ellos se iban felices y contentos de vuelta a sus respectivas parejas.

Aclaración: Esto no es un artículo sobre cómo las mujeres roban novios. Los hombres en gran mayoría somos unos cerdos zánganos sin escrúpulos ni medida y capaces de cualquier cantidad de atrocidades. En este caso, me refiero a UNA persona, UNA mujer.

Lo triste es que ella creía firmemente que estaba haciendo algo bueno. Tal vez su necesidad de ser importante para la gente, tal vez sus ansias de sentirse bonita y atractiva, de tener un efecto en las vidas ajenas. Y claro, al final los novios regresaban donde sus novias con la conciencia 100% tranquila.

"Estaba solo en mi camita, pensando en vos"
Ella también le fue infiel a sus novios. Las pocas veces que hablamos, me decía que su excusa para esto era insatisfacción. Y ella no sentía remordimiento alguno, pues creía que era una respuesta natural a sus necesidades.

El asunto es que estar instatisfecho en una relación significa que hay que intentar resolverlo primero. No nos emparejamos solamente por sexo, lo hacemos también por compañía y afecto. Así que las cosas se hablan, se comunican, se discuten. Muchas veces preferimos no hablar para evitar confrontación. Pero poco a poco eso se acumula como caries en los dientes y en menos de lo que esperamos, el dolor revienta y hace un show espectacular.

La fidelidad se subestima demasiado. A la hora de las horas doblamos y tergiversamos sus reglas para adaptarlas a nuestra situación inmediata. Como cuando adaptamos las leyes interpretándolas a nuestro favor. Y es como ese pequeño pecado piadoso que hacemos creyendo que está justificado y que no es tan malo como creemos. Estamos a dieta, pero le damos una mordida al pastel. Y eso es tan emocionante como una dosis de heroína, un rush que se apaga rápidamente y para el que luego necesitarás más. Y nunca, jamás será suficiente.

Y yo que pensé que los asiáticos no eran infieles.


MUY difícilmente un infiel dejará de serlo. Aunque tenga la novia más linda, inteligente y divertida del mundo… el será infiel. Pues no depende de la persona con quien esté, sino que depende del hecho que no sabe lo que quiere. Y probará cuantas veces sea necesario para ver si se convence. Y se convencerá, para luego convencerse nuevamente con otra persona. Y así sucesivamente hasta que se de cuenta de lo que ha perdido y por capricho, decida desesperadamente regresar de rodillas a su pareja pidiendo que confíen en ellos.

Y la confianza es tan frágil que nunca será lo suficientemente fuerte como para aguantar el peso del ego. Tarde o temprano, el ego pasará la factura y el respeto la pagará. Y la relación estará oficialmente condenada al fracaso. Es la historia más común que existe.

No, no es "La Muerte"... es mi amiga, la ninfómana :D
Y por eso aquella amiga ya no es amiga. Y sigue soltera. Y sigue siendo la inspiración de casi todas las canciones de Arjona. No, eso no es un cumplido.

Be happy, my little Nympho...



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