martes, 25 de septiembre de 2012

¿Plan Broder?




Había una vez, en un pueblo llamado San José, Costa Rica, un prestigioso hombre que estaba en su vehículo a medianoche, esperando la luz verde de un semáforo. El conductor que llegó detrás comenzó a sonar su bocina, pues la vía estaba prácticamente libre y me imagino que se estaba cagando o algo así. Fue entonces que al prestigioso hombre, no le quedó más remedio que bajarse de su vehículo y disparar contra el conductor apurado. Lo mató bien muerto.


Dale! Pitá otra vez, te reto Muthaf**er!

Esto me lo contó una tiquilla muy querida, preocupada por la seguridad de su país. No se necesita ser Sigmond Freud para determinar que este asesino reaccionó de una forma un tanto exagerada. Lo mismo para el caso del joven asesinado en Broder. Fue terrible, fue trágico y fue altamente innecesario.

Pero aquí viene la complicación. La policía cerró Broder permanentemente por no haber tenido la seguridad suficiente como para evitar este crimen. El asunto es que tampoco se requiere ser Ace Sherlock Ventura Nostradamus Holmes como para determinar que la policía acaba de cerrar uno de los lugares MAS seguros de Managua.

No es que eso sea decir mucho, pero la mayor parte de discotecas caras (Muds, Ji Deplei, Jip-Ahh) tienen personas en seguridad. Y cuando digo personas, me refiero a unos monstruos gigantescos con el cuerpo de Goku y el rostro de Madonna sin maquillaje.



En la foto: Hombres haciendo casting para seguridad en El Chamán. Ganó el de la derecha.
Ahora piensen en los 700 lugares que no tienen pero ni una fracción de la seguridad que existe ahí. Donde no cuentan con estos bouncers. Lugares que no están en medio de un centro comercial o una plaza de compras. Algunos donde no hay ni siquiera un vigilante afuera del local. Dentro de esa categoría caen la mayoría de lugares que frecuentamos (los que no tenemos tanta plata). Donde salimos 2 o 3 veces por semana y bebemos lo suficiente como para perder, además, noción de seguridad hacia nosotros mismos.

El problema simplemente no está en el local. Imaginemos que en Broder, por ejemplo, existía una probabilidad de homicidio de 1 entre 100,000. Es bueno entonces recordar que en la mayoría de bares en Carretera Norte, en áreas universitarias, en barrios pobres, inclusive en calles frecuentadas como la Pista Suburbana, como la Avenida Bolívar, existirá una probabilidad muchísimo mayor a esa. 10, 15, 100 veces mayor.


Todos los que hemos salido de noche, sabemos que en muy raras ocasiones nos revisan para entrar a un lugar. Damos por sentado que, por la ley de la probabilidad, nadie le va a disparar a nadie en el local (salvo en medio de un juego Madrid-Barcelona). Entonces la pregunta principal NO debería de ser: "¿Cómo es posible que los de seguridad hayan dejado pasar a dos hombres armados?". Sino más bien: "¿Cómo diablos llegó el arma a sus manos?"


Para que se den una idea, el color rojo significa AL MENOS 17 asesinatos por cada 100 mil personas.
En este mundo, el ser humano aprendió primero a crear armas nucleares de destrucción global, antes de aprender a convivir y a lidiar con sus problemas y conflictos. Es lo mismo en este caso. No sabemos ni siquiera como lidiar con los celos. Tenemos la inteligencia emocional de un niño ebrio de 2 años mientras le quitan su juguete. Y aún así, tenemos acceso a armas de fuego, manejamos vehículos después de tomarnos 3 litros de Chucu Chuyo.

El problema está escondido mucho más allá de una revisión de metales en la entrada de un local. En Estados Unidos hacen eso en las escuelas y siguen los tiroteos. El crimen siempre estará un paso detrás de la seguridad. La educación y la cultura estarán siempre detrás del crimen. La solución a esto va mucho más allá del tráfico y control de armas. Es una cuestión de cultura y educación. Quiero citar a un sabio amigo que dijo: 


"...creo que el PROBLEMA en nuestro país es el vacío, el desinterés y la apatía que inunda la cabeza de los chavalos y chavalas. Y a eso sumémole el aumento de violencia y uso de armas de fuego... ...eso de las balaceras pasa cada día en este país, en barrios y locales. Lo que pasa es que esta vez fue en Broder, un local de gente pudiente, entonces se presta más al sensacionalismo y a la hipocresía clasista."


Por el momento, no quiero pensar que la Policía Nacional esté reaccionando de forma tan pronunciada debido al status social del lugar y de la gente que lo frecuentaba. Pero es la única explicación razonable que encuentro. Parece que se les olvida que la mayoría de lugares en Managua son más peligrosos que Broder.


Y vuelvo al ejemplo de mi amiga en Costa Rica. La solución no está en prohibir automóviles, o semáforos en rojo. Aquí, la solución no será cerrar el local de la misma forma en que tampoco lo será que tu novia no baile más por el hecho de haberte sido infiel bailando. Me parece correcto que atrapen y hagan justicia a los culpables, pero también me queda la sensación que siente uno cuando limpia su cuarto poniendo todo debajo del colchón. Se ve limpio, pero la suciedad sigue ahí.


El abogado de uno de los acusados, tuvo la elegancia de decir que: "...si su cliente entró con un arma al lugar fue por un descuido administrativo del local."
Eso es tan absurdo como decir que la culpa de todos los choques es por los policías de tránsito que no detienen a tiempo a los conductores. La seguridad del lugar fue negligente, sin duda. Pero la culpa total y completa, la tiene la persona que tenía el arma en sus manos.

 
Aclaro, es mi opinión, basada en lo que conozco y en lo que creo. Mañana seguramente, uno de ustedes me quitará la razón y mientras sean convincentes, les voy a creer. Pero en algo estamos deacuerdo, sin duda... Nicaragua necesita mucho más...

Somos el país más seguro de Centroamérica, es cierto. Pero eso es como ser el niño menos enfermo en la sala de oncología. Hay que curarnos, o tarde o temprano el asunto se saldrá de control!


:)

El autor de este blog tenía siglos de no ir a Broder y de todas formas, no pensaba regresar. Pero teme por la seguridad dentro del Caraman Chulo y otros antros de su preferencia...

@Zambranitis

lunes, 3 de septiembre de 2012

La vida en velocidades cósmicas


La Primera Velocidad Cósmica es aquella que nos impulsa hacia arriba, desafiando la gravedad y llevándonos al cielo. Pero al mantenerla por mucho tiempo, caemos inevitablemente de vuelta a la superficie.

7 kilómetros por segundo

La Segunda Velocidad Cósmica es aquella que nos permite soltarnos de la atracción terrestre sin salir de su órbita. La llamada "Velocidad de escape". Dando vueltas eternamente por el mundo al igual que la Luna, constantemente cayendo hacia la Tierra sin jamás tocarla.

De 9 a 11 Kilómetros por segundo

Y la Tercera Velocidad Cósmica es la que nos libera totalmente de toda atracción y nos deja con rumbo al vacío, pero vagando libres por el cosmos. Inertes y constantes. Hasta que la colisión con un cuerpo lejano o su fuerza de atracción nos lleve hasta su campo gravitatorio.

70 Kilómetros por segundo

A los 12 años conocí de estas tres velocidades y siempre me pregunté en cuál de ellas pasaría el resto de mi vida. Ahora me doy cuenta que oscilamos entre ellas. Corriendo siempre el riesgo de caer, de dar vueltas, de quedar sin rumbo a nada. Y que cada mundo tiene sus propias velocidades, su propia masa, su propia densidad.

Somos realmente insignificantes. Y somos parte de un universo tan amplio y misterioso, que la humildad no debería de ser una cualidad, sino una condición de vida.

Vista de la Vía Láctea desde las Casitas de Gala en New Mexico. Humildad por encima de todo.

@Zambranitis