lunes, 16 de julio de 2012

Hoy quiero regalarte un ataque de pánico.


Hace 10 años me dio uno de mis primeros ATAQUES DE PÁNICO.

Para quienes creen que eso es igual a un ataque de histeria o de miedo descontrolado. No lo es. Un ataque de pánico es una experiencia donde tu mente, muchas veces sin razón inmediata, le manda falsas señales a tu cuerpo, diciéndole que se prepare para lo peor. El ataque de pánico es el clímax de los ataques de ansiedad.

Tus manos se ponen heladas, tenés mareos inexplicables, tu respiración se vuelve irregular hasta el punto de hiperventilar, tenés la fuerte noción de que te vas a morir, que te vas a desmayar, que algo malo te va a pasar, o simplemente, sentís una extraña vibra de desprotección.

No es igual a un episodio de depresión, aunque la depresión pueda llevarte a un ataque de ansiedad. No es igual a tener miedo real. Una persona con una pistola apuntada a su cabeza, difícilmente tendrá un ataque de pánico, pues su cerebro estará demasiado enfocado en el peligro REAL, como para ponerle atención a peligros posibles o imaginarios.

Y es que de ahí se deriva todo. De la posibilidad. Todos los que hemos estado en situaciones difíciles, complicadas, dolorosas o de angustia, las enfrentamos de manera diferente. Pero lo que hace que una persona llegue a una crisis de pánico, es cuando la idea gobernante... es la de no poder salir de esa situación.

Por eso es normal que le suceda a alguien en un elevador atascado, en un avión (no por el miedo de estrellarse, sino por la claustrofobia), en una aglutinación de personas donde es difícil cruzar, caminar e inclusive respirar bien.

Hasta hace unos años, pensé que yo era una de las 3.5 personas en el mundo que tenía ataques de pánico en circunstancias normales. Pasé mucho tiempo sin saber de personas como yo, que han rechazado giras a la playa, entradas a conciertos o viajes largos, lejos de casa, a causa del miedo a tener crisis de ansiedad. Pensé que éramos una raza oculta debajo de la pirámide de los psicópatas.

Pero me he dado cuenta cada vez más de personas que han tenido la misma experiencia que yo. Sin duda, muchos de ustedes, blogueros, tuiteros, bohemios empedernidos, hippies, adictos al trabajo, madridistas, han de saber lo que es estar en una situación de pánico. Donde te cuesta respirar, creés que te vas a morir, cuando en realidad no existe nada malo en tu organismo.

La ansiedad te gobierna por su forma de dominar tu sentido de seguridad y protección. No quiere decir que seas un cobarde. Quiere decir que tu mente generalmente prioriza los riesgos por encima de los beneficios.

Por ejemplo, cuando estoy en el estadio, un porcentaje de mi atención está enfocada en el juego, la otra hacia la multitud, la posibilidad de que se arme un caos, que el edificio se caiga y sobretodo, que no tenga una salida fácil. Y ahí está el problema.
El detonador suele ser la idea de no poder salir de una situación o lugar determinado.

Lo peor es que si antes podías ir al cine tranquilamente, pero de pronto tuviste un repentino ataque de pánico ahí, entonces la próxima vez que vayás al cine, tendrás el miedo de que te vuelva a dar. Y ES ESE MIEDO el que podría provocarte otro ataque.

Antes de que te des cuenta, rechazarás invitaciones al cine.

Aunque sea un peliculón!!!

En mi caso, todo tiene que ver con la posibilidad de poder salir o no. A mí pueden encerrarme en una cabina telefónica y decirme que tengo la libertad de salir cuando yo quiera... y aguantaré un buen rato. Es cuestión de que me digan que no puedo salir y mi cuerpo no aguanta un segundo más ahí adentro. Pongo un ejemplo radical, pero esa misma sensación de angustia, de encierro y de ansiedad, se traslada a veces a nuestra vida cotidiana. Al viaje en bus. A la situación de depresión o duelo.



Quienes no entienden de la ansiedad te dirán: "Pero tranquilizate", "Dejá de pensar en esas cosas".

Quienes hayan padecido de desorden de pánico, de ansiedad, agorafobia, quienes sean algo Obsesivo-Compulsivos, o simplemente paranoicos... sepan que cada persona en este mundo tiene problemas psicológicos... uno de los nuestros, es este.

Busquen terapia. Es absolutamente lo mejor que puede hacer al respecto. Existen ejercicios de respiración y relajación (muchos de ellos los descubrís con el yoga), para ayudarte a equilibrarte bien y evitar la hiperventilación. Existen también ejercicios de concentración, donde tu mente se enfoca en cosas pequeñas, como la sensación de tocar tus dedos de los pies con el suelo, tus manos frotándose, que te alejan de pensamientos más destructivos.

Está también terapia del "Happy Place", donde uno encuentra el punto positivo de cada situación:

"Ese viaje en avión es para conocer un nuevo lugar."
"Este viaje en bus es para el trabajo, pero sé que todo saldrá bien."
"Este montón de gente está aquí porque el concierto estará excelente y me sentiré feliz de haber venido."

Uno puede nunca dejar de tener ansiedad, pero puede aprender a controlarla y a tener una vida funcional sin que la ansiedad o el temor al pánico te impida hacer las cosas que te gustan. No dejás de sentir ansiedad, pero al menos, podemos lograr que no nos provoque AUTOSABOTEARNOS.

Y algo que he descubierto que es generalizado en todas las personas ansiosas y depresivas también: Suelen ser mucho más comprensivas con respecto a los problemas ajenos. Saben lo que es tener algún tipo de angustia difícil de comprender para los demás. No digo que son las personas más comprensivas del mundo, uno suele ser muy impaciente y no siempre estamos con el mejor de los humores. Pero uno suele tener facilidad para sentirse identificado con cualquier persona que esté pasando por un momento difícil.

El autor de este blog, una vez ganó 100 córdobas pelando mangos en el colegio. Esto no tiene nada que ver con el tema, pero es una razón de orgullo para él. 
 @Zambranitis

lunes, 9 de julio de 2012

Centros Comerciales para Dummies


Tomado en parte del artículo de Nathan Birch


Un Mall es la representación física de la Meca del Capitalismo. Es la belleza de tener para poder gastar. Son cada vez más frecuentados y nos dan cada vez más razones para visitarlos. ¿Qué tendrán estos palacios del consumo que nos provocan comprar ahí inclusive cuando el lugar está ardiendo en llamas? Como en el caso del Centro Comercial Villagio en Doha, donde la gente aún sabiendo de que parte del lugar se estaba quemando, no paró de comprar.

Por fortuna, la gente fue prudente, dejó de comprar y nadie salió herido.

Salvo por el hecho de que en realidad NO pararon de comprar y murieron 19 personas, incluyendo 13 niños!!!

Nostradamus habló de esta imagen, pero abajo decía: "Mercado Oriental"

Al igual que los supermercados, los centros comerciales no están diseñados para comodidad nuestra, sino para obligarnos a caminar y pasar frente a la mayor cantidad de tiendas posible. Es por esto que con mucha frecuencia, verán que las escaleras de subida y bajada de un piso, estarán en el lado opuesto a las escaleras de bajada y subida del siguiente.
Aunque pensándolo bien, la expedición através del centro comercial es la mayor cantidad de ejercicio que hace la mayor parte de Nicaraguenses estos días.

Aunque piensen que cada empresa paga por su local, de vez en cuando existen ciertas formas de regulación por parte del centro comercial, para que las tiendas dirigidas a cierto sector demográfico, se distribuyan estratégicamente a lo largo del local.

Además, algunos centros comerciales están llenos de espejos que nos ralentizan el paso para hacernos sentir como basura, ya que la mayoría de nosotros tenemos algo de vanidosos desgraciados adictos al auto-sabotaje de nuestra estética corporal.

Esos pensamientos de: "Ala gran púchica, me veo horrenda/gorda/sarnapastrosa", "Parezco la querida de algún funcionario público", "Necesito zapatos, porque los 700 pares que tengo en el closet ya no me sirven", son los que nos envían directamente hacia una tienda de ropa.

No me miren así. Ustedes saben perfectamente que ni esto es suficiente.

Además, caminen unos 25 metros después de la entrada y verán un montón de pequeñas tiendas o kioscos llenos de objetos pequeños y baratos. La razón es simple. Hay dos etapas en el proceso de la compra: Deliberación y la Compra en sí.

Se ha demostrado que comprar aunque sea el más barato de los artículos, nos desencadena un fuerte impulso por gastar libremente artículos más caros. Y son estos artículos baratos los que casi siempre están cerca de la entrada. O sea que ese paquete de chicles, o ese cafecito que compraron al entrar, es nada más el jugueteo antes de la orgía de gastos que inevitablemente terminará en ustedes amarrando un juego de muebles y electrodomésticos al techo de sus vehículos.

Un dibujo representativo. Pero en la vida real, el gato muere aplastado.

Las cosas tampoco mejoran mucho cuando entrás a sus negocios. Los estudios muestran que la mayor parte de los compradores toman el lado derecho luego de entrar a una tienda. Por lo que los productos que provoquen mayor renta al negocio, serán puestos en esa dirección, y las gangas o los productos que menos ganancia les generen, serán puestos al otro lado.

Muchas "promociones", sobretodo durante las épocas de fiesta, no son más que carnada. Los productos que serán vendidos a un precio mucho más bajo son generalmente los que están casi fuera de existencia. Así, los vendedores, pueden convencerte de que comprés otros productos parecidos a ese, por un precio ligeramente mayor. Recuerden el poder que tiene la frase: "Aplica restricciones", siempre escondida en tamaño diminuto bajo la sombra de un asterisco.

Ahí dice claramente: "Aplica restricciones", justo al lado de esa molécula de Cloruro de Sodio.

En el caso de productos más complejos como equipos electrónicos, computadoras o celulares, existe la técnica de: "Confundir y luego simplificar" para vender. Donde el vendedor te lanzará una jerga tecnológica equivalente a una mezcla entre Chino Mandarín y un lenguaje extraterrestre.

Ack! Ack! Ackacak! 
Traducción en español: "Ack! Ack! Ackacak!"

Todo con el dulce propósito de confundirte, para luego simplificartelo de una manera más clara: "Mirá, este televisor es perfecto para alguien como vos" o "Esa lavadora va bien con su cabello" o "Ese equipo de sonido tiene un botón que obliga a las mujeres a desvestirse."

De hecho, a veces nos convencen con las características que MENOS importan. Muchos andan fachentos con su nuevo smartphone porque tiene GPS aunque ellos no tengan ni vehículo. O que tiene sintonizador de radio (con lo difícil que es escuchar radio en la calle). O que tiene 4 puntos G para que todos los días en la mañana, lo estimulemos y luego el teléfono nos diga: "Te quiero".

Es una fracción de la triste realidad de nuestra necesidad de comprar. No hay mucho qué hacer al respecto. Pero vale la pena saberlo. Para que al menos no nos vean ni nos traten como si fuésemos una masa de zombies compradores compulsivos.

Ay, Dios... mejor olvídenlo.

Gracias por leer. Si les gusta lo que escribo y quieren más, por favor denme dinero para pagarme mis estudios de periodismo. Y la mensualidad del internec.

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PARTE 1: LOS SUPERMERCADOS PROVOCAN ESQUIZOFRENIA
PARTE 2: CUANDO EL MESERO NO TE ESCUPE LA COMIDA
PARTE 3: MI GASEOSA CUESTA MÁS QUE LA ENTRADA AL CINE


Zambranitis frecuenta centros comerciales en Managua y termina siempre cuidando carros. Pero pueden seguirlo en Tuitigalpa aquí: @Zambranitis

Mi gaseosa cuesta más que la entrada al cine...


El cine...

Uffff... aquí estamos entrando en mi área más sensible.

Amo el cine, amo la pantalla grande y amo callar a la pareja que no para de hablar detrás de mí. Pero por mucho que el amor esté en el aire, el dinero parece que también sale volando. Porque ahora sale más caro ir al cine, que filmar tu propia película.

Pero esto no es tanto culpa de las salas de cine. Vean, los grandes estudios de Hollywood que distribuyen las películas a nivel mundial, tienen una relación bastante cruel con las salas de cine en cada país. Casi todas las cosas que odian de ir al cine, excepto la puta pareja que no para de hablar detrás de ustedes, se debe a esta relación que existe entre Distribuidor-Exhibidor. Los economistas le llaman: "Relación Vos sos mi perra".

Esta es la razón por la que las palomitas de maíz cuestan un ojo de la cara.
Y eso que pedí la orden pequeña.

Y los Hot Dogs, a pesar de tener un tamaño Freudianamente diminuto... cuestan lo que vale un paquete de salchichas y pan en el supermercado.
Si, esto también.


Entonces ustedes se preguntarán... Pero si las películas ganan tanto dinero en taquilla... ¿Cómo se atreven a quitarme tanto por comida que pude haber comprado a mitad de precio fuera del cine?

Para esto, primero, olvídense de los altos precios de las entradas. Las salas tienen que mandarle casi todo este dinero directamente a los estudios que hicieron y que distribuyen la película. O sea, las salas no se quedan casi con nada de la taquilla.

El primer fin de semana, se le tiene que dar el 75% de las ganancias a los estudios. Luego cada fin de semana, este número baja en 10%. O sea que mientras más semanas esté una película en taquilla, más dinero puede ganar una sala de exhibición.

Pero ustedes sabrán que esto es un acuerdo bastante criminal cuando se den cuenta que la mayoría de las películas hacen casi toda su ganancia en las primeras dos semanas. Los estudios se echan a la bolsa esas ganancias porque es durante este tiempo que la gente ve la publicidad, los trailers y existe menos posibilidad de que las personas, de voz en voz, informen a sus semejantes de que la película es un sandwich de abono envuelto en papel higiénico usado por el diablo.

Esta no es la foto exacta, pero es una representación muy similar a lo antes descrito.

Con la venta de DVDs elevada y la piratería como forma de vida... La Relación "Vos sos mi perra" entre estudios y salas se verá cada vez más aumentada. Y los precios aumentarán también.

Oh, y casi se me olvida. ¿Se acuerdan lo bonito que era sentarse, ver las luces apagarse, y la pantalla mostrando solamente películas? Tal vez no se acuerden porque ahora pasan tantos anuncios y comerciales, que pensamos que así fue siempre. Pero en realidad, esto es una tendencia que comenzó no hace mucho. ¿Qué carajo sucede?

Es muy sencillo y para eso hablaremos un poco de la TV. En el caso de la televisión, nosotros como espectadores siempre tuvimos un acuerdo tácito justo. Ella nos daba programas gratis, y a cambio, nos lanzaba publicidad y comerciales durante los cortes. Nadie se emocionaba, pero bueno, tampoco pagamos por ver televisión. Aunque algunos querramos pagar demasiado por tenerlo.
Ese TV es de 32" pulgadas. El problema es la modelo.

Pero en el cine, pagamos muy caro por entrar a ver una película. Y en algunos casos se ha llegado al extremo de tener hasta 15 minutos de anuncios publicitarios antes de poder verla. Es obvio, pues los patrocinadores les dan a los cines 400 millones de razones al año para que los pongan y ese número va a seguir subiendo. No se sorprendan si volvemos a la época de los intermedios en las películas, donde interrumpan la exhibición para regalarnos el eterno gozo celestial de la publicidad.

Al llegar ese día, perderé toda esperanza en la humanidad.

Cuando el mesero no te escupe la comida...


Digamos que decidimos no cocinar, mandar a los niños donde el vecino, fingir que somos una pareja feliz y sentarnos en un tranquilo restaurante. 

Ahí jamás nos joderían como nos joden en el supermercado. Salvo por los fluidos corporales que el mesero enojado pudo haber puesto en la comida. Y la eterna incomodidad de no tener nada de qué conversar con tu pareja.
ELLA: La única razón por la que no me quiero morir, es tener el placer de enterrarte primero.
EL: Uh, siempre sabés cómo calentarme...


No hay nada escondido acerca de las intenciones de las franquicias de comida criolla o rápida. Su meta es hacernos gastar lo más posible, lo más rápido posible y sacarnos del lugar lo antes posible para que llegue la próxima mara de panzas con necesidad de Puticarne.

No es Puticarne, aquí todos somos vegetarianos, ¿Verdad chiquilines?

Para evitar que nos mantengamos ahí por un buen rato, las sillas son asquerosamente incómodas (estoy hablando de nalgas dormidas, nalgas con picazón, o inclusive nalgas con marcas de ganado bovino).

Esto fue en un McDonald's


Además, estos restaurantes están divididos en secciones, para evitar lo más posible una atmósfera social. La mayor parte de las mesas están lejos de las ventanas o paredes (ya que uno suele sentirse más incómodo cuando come en el centro del lugar y es más fácil tener ganas de irse).

En tiempos de crisis, todos nos unimos para una meta en común: Succionar la mayor cantidad de dinero de los demás. Esto incluye, por supuesto, a los restaurantes, que usan la economía actual como excusa para elevar precios, mientras reducen simultánea y sutilmente las porciones de comida que nos sirven.

Los servicios son reducidos gradualmente de grosor y elevados en el medio, dando ilusión de mayor cantidad. Inclusive, cada vez se utilizan cubiertos más livianos para que el peso de la comida en ellos se sienta más, haciéndonos creer que cada bocado es más sustancioso. La calidad de los ingredientes también está decayendo. Comida siendo reciclada de formas cada vez más radicales, hasta el punto de ser recogida literalmente de la basura. Se sustituyen ingredientes menos costosos con los que salen en el menú.

Que importa, de todas formas, todo sabe a pollo.

El diseño del menú se ha vuelto una ciencia exacta. Los platos más rentables son puestos en la esquina superior izquierda (el tercer plato hacia abajo es siempre el más popular del menú). La carta es ahora una especie de revista pornográfica para la gente obesa, con el énfasis en fotos grandes y sensuales y descripciones sobreelaboradas. Se reduce la opacidad de los precios, por lo que se ven más oscuros. En casi ningún menú incluyen el IVA en el precio al lado del plato, para hacerlo ver más barato de lo que realmente terminará costando (la frase "Estos precios no incluyen IVA" lo escriben siempre en caligrafía microscópica). Y ni hablar de que incluyan en el menú la famosa "propina voluntaria obligatoria o si no te mandamos a lavar platos".

¿Nadie te dijo que la palabra "propina" viene del latín "Propinar un balazo"?

No se sorprendan al saber de que en muchos negocios, el mesero recibe solo una fracción de lo que ustedes pagaron de propina.

Aquí está su ensalada con mayonesa de Mitronco. Es una receta personal.

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PARTE 1: LOS SUPERMERCADOS PROVOCAN ESQUIZOFRENIA
PARTE 3: MI GASEOSA CUESTA MÁS QUE LA ENTRADA AL CINE
PARTE 4: CENTROS COMERCIALES PARA DUMMIES


@Zambranitis

Tomado en parte del artículo de Nathan Birch

domingo, 8 de julio de 2012

Los Supermercados provocan esquizofrenia



Crecen, están en todas partes, tienen de todo y están abiertos casi todo el día. Tienen al menos 5 entradas con puertas dobles y una vez adentro, es casi seguro de que te encontrés con la persona a la que menos querías ver.

"Hola Tito, cuánto tiempo! No te había visto desde que te encontré en nuestra cama con mi mejor amiga."

Cuando entrás al supermercado, podés notar de que hay disponibles al menos 800 carritos. Todos con una rueda mala. Y hace mucho quitaron aquel regulador giratorio que contaba cuánta gente entraba. Ahora tienen un método más eficaz para determinar la cantidad exacta de clientes:


Abren los ojos, cuentan y dicen: "Un cachimbo"

Pero... ¿Cuántas veces ustedes han observado sus compras, puestas ya en su cocina, y se dan cuenta de que hay suficiente comida para alimentar durante un año a un país Africano en hambruna, pero no hay nada que ustedes quieran, de hecho, comer?

No están solos. Del 60 al 70 por ciento de las compras en supermercados no son planificadas, ya que estos, utilizan una serie de trucos y artimañas para asegurarse de que tu refrigerador tenga 40 tipos diferentes de mayonesa, pero nada de leche.

Los supermercados están diseñados cuidadosamente como un laberinto provocador de migraña, con todos los productos escenciales guardaditos en la parte más lejana del edificio. La comida se organiza de una forma aparentemente aleatoria y las tiendas reorganizan sus estantes cada 2 o 3 meses. Esto es para mantenernos siempre buscando en diferentes partes aquello que ya hemos comprado mil veces. Y así, nos obligan a ver la mayor cantidad de productos posibles antes de encontrar lo que buscamos.

Una carrerita a ver qué encontramos primero:
El producto o una embolia arterial.

Los supermercados están también diseñados para que nuestro movimiento sea lo más lento posible. Con mostradores instalados en el centro de los pasillos, creando siempre cuellos de botella. Pasillos angostos para provocar embotellamiento entre compradores.


Alfombras puestas estratégicamente para ralentizar el movimiento de los carritos. Los productos más caros son puestos en los pasillos donde los azulejos en el suelo son más pequeños (de esta forma, las ruedas del carrito golpean con mayor frecuencia, haciéndonos creer que estamos avanzando rápidamente). Obligándonos, sin que nos demos cuenta, a que bajemos la velocidad. ¿Les mencioné también de que casi todos los carritos tienen al menos una rueda mala?

O peor...

En el súper se trata de mantener siempre una atmósfera absolutamente caótica. Entren a cualquier supermercado y serán recibidos por una música suave y relajante, mezclada contradictoriamente, con el ruido de 200 personas, 10 cajas registradoras, máquinas, carritos circulando y al menos 20 niños gritando tanto que te hacen sangrar por la nariz.

Y hablando de estos dulces mocosos, o mejor dicho, mocosos dulces: Caramelos, confites, chocolates, galletas, todos los alimentos diabetizantes, son agrupados juntos en un mismo pasillo, temido por madres en todo el mundo, con los productos más caros siempre colocados a la altura de la mirada de un niño.

Estos pasillos están puestos casi siempre en el centro del edificio, donde es obligatorio pasar. Y si tratan de no acercarse, no se preocupen, los dulces los estarán esperando siempre al final, en TODAS las cajas registradoras del Supermercado.

Pero calma, que aún existen las hermosas promociones, los descuentos y los paquetes con productos de regalo incluídos. Yey! Aún hay esperanza!

Excepto porque NO LA HAY. Porque las promociones casi nunca significan realmente un descuento.


Analicen siempre la cantidad de descuento y el porcentaje. Pues cuando te dicen que la Coca Cola cuesta C$ 35.85 Córdobas en promoción y te das cuenta que antes costaba C$ 36.00, no me suena a un descuento significativo.

En estos famosos paquetes que te ofrecen (4 Jabones x C$ 45.00), existe siempre la posibilidad de que salga más barato comprar los 4 jabones individualmente. Lo mismo con TODO lo que viene agrupado. Y revisen siempre los artículos con ESPECIAL descuento, pues según su fecha de vencimiento, pueden expirar antes de que ustedes salgan de del supermercado.

Volviendo a lo de la atmósfera caótica. Los supermercados tienen toda la intención de hacernos sentir absoluta incomodidad. Mantienen las luces demasiado brillantes y la acústica con la mayor cantidad de ruido posible. Pues cuando una persona se siente incómoda, se reduce la posibilidad de que haga compras inteligentes. Y por eso, tratan también de darnos HAMBRE. Como esos palitos con queso gratis o las boquitas que ofrecen. A ellos no les interesa vendernos queso o galletas. Ellos solo quieren que fluyan nuestros jugos gástricos para abrirnos el apetito y darnos hambre. Y cuando compramos hambrientos, compramos de más.

La próxima vez que tengan hambre, ahórrense el dolor de cabeza. Maten a las ratas en su casa y pónganse creativos.

La mejor parte es la colita tostada.

El consejo más útil que puedo darles... NUNCA entren hambrientos a hacer las compras. Se los van a comer a ustedes.

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PARTE 2: CUANDO EL MESERO NO TE ESCUPE LA COMIDA
PARTE 3: MI GASEOSA CUESTA MÁS QUE LA ENTRADA AL CINE
PARTE 4: CENTROS COMERCIALES PARA DUMMIES

@Zambranitis

Tomado en parte del artículo de Nathan Birch


Lugares cotidianos donde nos revientan... y porqué...



En estos tiempos de crisis económica, uno no puede darse el lujo de cometer ciertos deslices financieros, conocidos en el lenguaje de los contadores como: Caballadas.

Según el economista y escritor Robert Kiyosaki, todos vivimos en la llamada Carrera de la rata, donde por cuestiones del sistema monetario, el consumismo y la negligencia financiera personal (Caballismo), estamos condenados a permanecer endeudados toda la vida. Kiyosaki afirma, con mucha certeza, que una persona siempre cree que sus deudas y problemas se acabarán cuando logre aumentar su salario. Para luego darnos cuenta, que un salario más alto generalmente conlleva a hacer compras más caras, por ende, deudas mayores.
En la foto: Caballo

Pero hay varias razones por las cuales a veces, cuando vamos al supermercado a comprar pan y leche, salimos de ahí con un TV Plasma, 700 quintales de mayonesa y 3 barriles de meneitos.

Los vendedores se han vuelto muy, pero muy buenos en su trabajo. Demasiado, tal vez.

Existen muchas técnicas de mercadeo y publicidad que son muy efectivas para que nosotros, hambrolientos zombies compradores adictos a gastar, entremos en su tienda, supermercado o bar nudista para camioneros.

Pero la manipulación no termina cuando nos logran meter en su guarida chupacarteras. Hay mucho, muuuucho más de lo que vemos en la publicidad.

En esta serie de entregas, quisiera abordar la forma en que diferentes negocios, atentan contra nuestra billetera, aprovechándose cada vez más, del factor humano que nos provoca gastar independientemente de la necesidad.

Aquí no se abordarán los aspectos de negocios sucios, mercado negro o piratería. Ya sabemos que en el Mercado Oriental, la mayoría de vendedores tienen la misma ética de ventas que los traficantes de armas biológicas. Así que solo hablaremos de los negocios donde supuestamente las cosas están siempre en orden, favoreciendo al verdadero rey... el gerente.
Bueno, ALGUIEN tiene que pagar para mantener esta belleza.

He dividido el artículo de la siguiente manera:

PARTE 1: LOS SUPERMERCADOS PROVOCAN ESQUIZOFRENIA
PARTE 2: CUANDO EL MESERO NO TE ESCUPE LA COMIDA
PARTE 3: MI GASEOSA CUESTA MÁS QUE LA ENTRADA AL CINE
PARTE 4: CENTROS COMERCIALES PARA DUMMIES

@Zambranitis

Tomado en parte del artículo de Nathan Birch.